Historia de Los Trasgos

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En las profundidades de los bosques de Cantabria, donde los rayos del sol apenas se atreven a penetrar, se oculta una criatura misteriosa y traviesa conocida como el trasgo. Estas criaturas, a medio camino entre la realidad y la fantasía, han sido parte de la mitología cántabra desde tiempos inmemoriales.

Cuentan las antiguas leyendas que los trasgos son seres diminutos, de aspecto grotesco y malicioso, que habitan en cuevas ocultas y grutas subterráneas. Son criaturas escurridizas, siempre al acecho, esperando el momento adecuado para jugar sus travesuras y asustar a los desprevenidos.

Se dice que los trasgos son particularmente activos durante la noche, cuando el velo entre el mundo humano y el mundo de las criaturas mágicas se vuelve más delgado. Durante esas horas oscuras, los trasgos salen de sus guaridas y se aventuran en los bosques en busca de diversión y caos.

Aunque los trasgos son conocidos por su naturaleza juguetona, su sentido de la diversión no siempre es benigno. Les encanta esconder objetos, asustar a los viajeros y causar pequeños problemas en las casas de las personas. A menudo, se les atribuyen los misteriosos ruidos en la noche, los objetos que desaparecen sin explicación y los problemas domésticos inexplicables.

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Sin embargo, los trasgos no son inherentemente malvados. A pesar de sus travesuras, también pueden mostrar un lado más amable. Según algunas historias, si un viajero se pierde en el bosque, un trasgo puede aparecer para guiarlo de regreso al sendero correcto. Se cree que estos encuentros fortuitos son un signo de buena suerte y protección por parte de los espíritus del bosque.

La relación entre los humanos y los trasgos es complicada. Por un lado, se les teme y se les respeta, ya que su poder y astucia pueden ser inquietantes. Por otro lado, hay quienes creen que los trasgos pueden ser aplacados y ganarse su favor si se les ofrece un tributo adecuado, como comida o pequeños regalos.

A lo largo de los siglos, las historias de los trasgos han sido transmitidas de generación en generación, alimentando la imaginación de los cántabros. Incluso hoy en día, en las noches oscuras y en los rincones sombríos de los bosques cántabros, algunos dicen haber vislumbrado la figura inquietante de un trasgo juguetón.

La historia de los trasgos de Cantabria nos recuerda que, en los rincones más oscuros y misteriosos de nuestro mundo, existen seres mágicos que desafían nuestra comprensión. Nos invita a abrazar la belleza y el misterio de la naturaleza, a respetar las criaturas que la habitan y a estar siempre alerta cuando nos aventuramos en los bosques cántabros, donde los trasgos acechan en busca de su próxima travesura.

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